Cuando tratamos de ganar masa muscular, los aspectos a cuidar son fundamentalmente dos: la alimentación y el ejercicio físico que hacemos. Y si muchas veces nos centrásemos más en la segunda parte, prestando atención a lo que comemos, sobre todo antes y después de entrenar, podemos incrementar los beneficios de nuestro entrenamiento.
Por qué importa qué comemos tras entrenar
Como detalla una revisión de la literatura académica publicada en la revista científica Nutrition Reviews, al hacer ejercicio nuestros músculos usan como principal fuente de energía el glicógeno, un tipo de polisacárido que actúa como reserva energética. De la misma manera, algunas de las proteínas que componen las fibras musculares pueden descomponerse y dañarse con el entrenamiento.
Por ello, al terminar la actividad física, el cuerpo trata de restituir el glicógeno almacenado y reparar las proteínas musculares. Y, como indica el medio especializado Journal of the International Society of Sports Nutrition, es sobre este proceso sobre el que debemos tratar de intervenir; aportar a nuestro cuerpo los nutrientes adecuados durante esta fase podría disminuir la descomposición de proteínas en los músculos, aumentar la síntesis de proteínas en los músculos (y por tanto el crecimiento de fibras musculares), mejorar nuestro estado de ánimo y mejorar la recuperación en general después del ejercicio.