A menudo, los trabajos que las personas nos vemos obligadas a desempeñar para poder ganarnos la vida suponen un esfuerzo que nuestro cuerpo no está preparado para realizar de manera habitual.

Es importante encontrar una forma de cumplir con esas exigencias que suponga el menor compromiso posible para nuestra salud física, cognitiva y mental, evitando así problemas como el síndrome del trabajador quemado. Vamos a repasar algunos trucos propuestos por el neurólogo Paul Zak, director del Centro de Estudios Neuroeconómicos de la Universidad de Grados Claremont (Estados Unidos).

Actividad física

La actividad física es, simplemente, el factor más importante en el correcto funcionamiento neurológico. Hacerlo al comienzo del día, además, reporta grandes beneficios: eleva la frecuencia cardíaca y oxigena el cerebro, con lo que mejora la concentración y la resulución de problemas.

Meditación

Otro de los grandes enemigos del rendimiento óptimo y de la concentración es el estrés, por lo que se vuelve vital conocer estrategias eficaces parea combatirlo. Una de ellas es la meditación, cuyos beneficios en este sentido están de sobra comprobados.

Comienza por las tareas críticas

Zak argumenta que a menudo los niveles de alerta son mayores en horas tempranas, pero que sin embargo es muy común ocupar esta franja con rutinas matutinas y reuniones organizacionales. Por ello, aconseja emplear los primeros 90 minutos en las tareas más importantes del día.

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