El nuevo escenario al que nos enfrenta esta cuarentena insólita también está registrando su repercusión en el panorama audiovisual. En las más de cinco semanas que dura el confinamiento, el acceso a la televisión y a las plataformas digitales ha experimentado un aumento exponencial. Tanto que incluso la Unión Europea ha solicitado a las plataformas en streaming que reduzcan la calidad de su reproducción de vídeo. Y es que reduciendo el bitrate (o la tasa de bits) también se disminuye el consumo de Internet hasta un 25%, lo que se traduce en una mayor funcionalidad para las operadoras y una garantía de que todos los servicios continúen funcionando de manera adecuada.
La cuarentena también ha afectado, por supuesto, a las televisiones convencionales. Pero el uso es completamente distinto. Los canales tradicionales han alcanzado récords de visionado en sus espacios, con picos de hasta 20,4 millones de espectadores. Casi la mitad de los cuales son para el género informativo.
Para las plataformas digitales, en cambio, esta subida se traduce en datos más duraderos: un aumento de suscriptores. El consumo es, además, sobre todo de ficción. La plataforma Filmin (distribuidora de contenidos audiovisuales española) ha aumentado un 70% su tráfico en el último mes y medio. El confinamiento al que se ha visto sujeto medio mundo ha terminado de materializar un cambio de paradigma audiovisual que llevaba ya unos años en marcha.
Nuevos actores y nuevos roles en la industria española
Este fenómeno, que desarrollo en el documental Endless Cinema (2019), no sólo implica la novedad de incluir nuevas empresas dentro del tablero de juego de la producción, sino también nuevos actores y nuevos roles en la industria audiovisual, especialmente significativo en el caso de la cinematográfica.
En la actualidad, Netflix, Google y Amazon (junto con Facebook, Microsoft y Apple) consumen más del 43% del tráfico de Internet, si bien es Netflix la que mayor consumo realiza,