A estas alturas decir que el yoga es un ejercicio que posibilita un mejor conocimiento del cuerpo además de aliviar tensiones y alteraciones, no es ninguna novedad. En España, la práctica ha calado hace años, especialmente entre las mujeres: un 16 por ciento la practica con cierta periodicidad (y un 4 por ciento de hombres). Aunque el yoga persigue beneficios integrales, ciertas posturas pueden enfocarse a malestares específicos, como los gases o la hinchazón intestinal.
La acumulación de gases procede de la fermentación de alimentos no digeridos por las bacterias o cuando no se han descompuesto completamente ciertos componentes de esos alimentos, como el gluten o el azúcar. Descartadas las alergias y las intolerancias (lactosa, fructosa, gluten…), la denominada coloquialmente como hinchazón puede proceder también de una mala absorción de carbohidratos. En definitiva, la acción bacteriana se ha alterado.
En ocasiones, esa hinchazón es visible y palpable. Se trata de una distensión abdominal y no se alivia con los eructos o las flatulencias. Las personas que tienen síndrome de colon irritable son más sensibles a estas molestias, si bien habitualmente pueden ser aliviadas con un cambio de hábitos (dieta, ejercicio) que pueden ser la raíz del problema.
Además de adquirir otras conductas en el día a día que incida en un mejor funcionamiento de nuestro sistema digestivo,