Una inusual política de salud pública en Gales hace más de diez años se ha convertido en la evidencia más sólida hasta ahora de que una vacuna contra el virus del herpes zóster puede reducir el riesgo de demencia.
Así se desprende de un estudio dirigido por la facultad de medicina de Stanford (Estados Unidos) y publicado el año pasado en la prestigiosa revista especializada Nature, que ha elaborado un análisis de los registros de salud de los adultos mayores en la nación británica y ha concluido que aquellos que recibieron ese suero en determinados años tuvieron hasta un 20% menos de probabilidades de desarrollar demencia en los años siguientes que aquellos a quienes no se administró la vacuna.
La hipótesis de los virus y la demencia
Estos resultados, reportados también por la agencia de noticias SINC, apoyan una hipótesis emergente pero cada vez más apoyada en la comunidad científica que propone que algunos virus que afectan al sistema nervioso podrían aumentar el riesgo de las personas de desarrollar demencia. No sólo eso, sino que, de confirmarse, estos hallazgos implicarían que ciertos programas de vacunación pueden ser una intervención efectiva para reducir la incidencia de la demencia de manera importante.
Ya había algunos estudios previos que habían vinculado la vacuna contra el herpes zóster con reducciones en la tasa de demencia.