Si entristece que se estropee una planta a la que se cuida con cariño, energía y tiempo, aunque el salario no dependa de ella, es fácil imaginar la desdicha vital de la cantidad de agricultoras a las que se les puede destrozar una cosecha entera de la que se sustenta su familia por unas lluvias fuertes o por una larga sequía; o a los pastores que pierden sus ovejas comidas por las alimañas de la noche; o a los pescadores que vuelven con redes vacías al menguar sus recursos por la sobreexplotación de las grandes navieras; o a los indígenas que impunes ven desaparecer sus árboles medicinales por la deforestación. O que después, entre rascacielos de ciudades, se establezca el precio de un saco de cereales, del campo.
Los pequeños agricultores, que producen más del 80% de los alimentos del planeta, “son paradójicamente y a menudo” los más vulnerables al hambre, resume la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En su sede, en Roma, se lanza esta semana el Decenio de las Naciones Unidas para la Agricultura Familiar (2019-2028), donde se aprobará un Plan de Acción Global que revierta en cambios de políticas públicas y a través de ello se mejoren sus condiciones de vida y se cumplan los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
“Hay 745 actores entre Gobiernos, organizaciones, academias, centros de investigación… Se han formado 52 comités nacionales de agricultura familiar y hay que fortalecerlos”, remarca el director del Foro Mundial Rural
“Estos días pasados un frío tremendo ha terminado con una cosecha de 1.300 metros de almendra en Almería. Se ha ido todo en dos días. Esto es vivir con una incertidumbre tremenda”, declara desde Andalucía el histórico líder jornalero Francisco Casero, que destaca cómo el cambio climático, la variabilidad en los precios o el trabajo por buscar valor añadido a los productos marca el devenir de las personas que desempeñan la agricultura familiar, que incluye a campesinos, pueblos indígenas, comunidades tradicionales, pescadores, agricultores de montaña o pastores.
Pero los desafíos van más allá y se extienden por otras latitudes;