El comité de emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decidido este viernes no declarar Emergencia de Salud Pública de Interés Internacional (PHEIC) a la epidemia de ébola que afecta a la República Democrática del Congo (RDC) desde el pasado mes de agosto y que esta semana dio el salto a Uganda. Según los expertos, el riesgo de extensión del brote a países fronterizos es alto, pero la posibilidad de que alcance a estados fuera de esta región sigue siendo baja. Además, la OMS se resiste a fijar restricciones comerciales o de viajes que, a su juicio, serían perjudiciales para la RDC.
La actual epidemia, con 2.108 casos, se ha cobrado la vida de 1.413 personas y es el segundo peor brote de ébola de toda la historia después del que tuvo lugar en África occidental entre 2014 y 2016 y que supuso la muerte de más de 11.300 personas y 28.646 contagios. Aquel brote fue declarado emergencia global en agosto de 2014, cuatro meses y medio después de que se confirmaran los primeros casos por pruebas de laboratorio, y la OMS recibió numerosas críticas por la lentitud y descoordinación de su respuesta.
La declaración de emergencia internacional se produce, según el reglamento de la OMS, ante “un evento extraordinario del que queda claro que constituye un riesgo para la salud pública de otros estados en virtud del riesgo de propagación internacional (…) y que puede requerir una acción internacional coordinada”. Las otras cuatro ocasiones en que se ha llegado a este nivel de alerta fueron por la epidemia de gripe porcina de 2009, la poliomielitis en 2014 (para impulsar su erradicación definitiva), la ya citada del brote de ébola de 2014 y para tratar de contener el virus Zika en 2016.
Pese a la negativa a declarar la PHEIC, el organismo sanitario mundial destacó la excelente colaboración entre la RDC y Uganda a la hora de detectar los primeros casos en este último país y su rápida gestión, que ha impedido por ahora la generación de un nuevo foco de contagios,