La endometriosis es una condición frecuente (se estima que afecta hasta a un 15% de las mujeres en edad reproductiva en países como Estados Unidos) caracterizada por síntomas molestos como el dolor pélvico o los calambres pélvicos. En casos graves, puede incluso ser motivo de infertilidad.
La endometriosis se produce cuando los tejidos interiores del útero crecen de manera anormal fuera del mismo, provocando inflamación y sangrado. Para que esto suceda, tiene que haber una liberación anormal de estrógeno, una hormona encargada de regular la función reproductiva en la mujer.
El problema de los tratamientos hormonales
Esta dependencia del estrógeno ha llevado al desarrollo de tratamientos basados sistemáticamente en la eliminación del estrógeno, pero esto conlleva importantes efectos secundarios porque la hormona también afecta al funcionamiento de otros órganos como el corazón, los vasos sanguíneos, huesos, mamas, pelo, piel, membranas mucosas y el propio cerebro. Al mismo tiempo, estos enfoques tienen poca eficacia y altas tasas de recurrencia.
Por eso, un grupo de investigadores ha decidido explorar las propiedades de una serie de sustancias naturales en búsqueda de una opción no hormonal para atajar la enfermedad, suprimiendo la actividad de los receptores del estrógeno sin eliminar la presencia de la hormona en sí misma.
Tal y como publican en el medio especializado Journal of Biomedical Science,