La juez que instruye la causa contra la empresa sevillana Magrudis, responsable del mayor brote de listeriosis de España, con tres muertos, al menos siete abortos y más de 220 afectados, ha ordenado al Ayuntamiento de Sevilla que proceda a la desinfección de las naves de la cárnica. Con esta decisión, y tras la destrucción de los lotes requisados de carne mechada contaminada por listeria, se pretende asegurar que la fábrica está completamente libre de la bacteria.
“Tras la retirada de la mercancía de los carros donde se encontraban productos horneados sin envasar, han quedado restos de carne, presumiblemente contaminada por listeria, por lo que procede ordenar al Servicio de Consumo del Ayuntamiento de Sevilla para que procesa a la inmediata desinfección de las sedes mercantiles de Magrudis y Elaborados Cárnicos Mario”, establece la instructora en su última providencia, dictada esta semana, y a la que ha tenido acceso este diario.
El carro de horneado fue el único elemento de superficie que dio positivo en la bacteria de todos los análisis practicados por los técnicos municipales. Los 6.000 kilos de carne contaminada intervenidos fueron destruidos entre finales de octubre y principios de este mes en una cementera de Jerez de la Frontera (Cádiz), por ser la única empresa con contenedores de residuos habilitados para la eliminación de este tipo de productos cárnicos.
En los informes realizados por los agentes de la Unidad Central Operativa Medioambiental (Ucoma) del Seprona, encargados de la investigación, se llama la atención sobre el hecho de que la empresa depositara de manera habitual los restos de materia prima en contenedores del servicio municipal de limpieza cuando “cualquier subproducto de origen animal no puede ir a contenedores normales de basura, sino que tiene que ir a un contenedor SANDACH” —acrónimo de Subproductos Animales No Destinados Al Consumo Humano—. Este hecho no fue constatado por el arquitecto que redactó el informe de declaración responsable que Magrudis presentó al Ayuntamiento para legalizar su actividad, cuando habían transcurrido cinco años y medio después de que la hubiera iniciado,