Muchas veces se cae en una asociación errónea entre la hinchazón de piernas y los problemas circulatorios. Puede ser la causa pero hay otras muchas como el sobrepeso, el sedentarismo o utilizar ropa ajustada (medias, pantalones…). Y tampoco hay que olvidar factores externos como el calor, sobre todo ahora con temperaturas extremas debido al cambio climático, ya que los vasos sanguíneos se dilatan. Por suerte hay ciertos recursos que podemos emplear, como una simple infusión.
La retención de líquidos que causa esa hinchazón puede afectar a una zona localizada del cuerpo o a varias, siendo más común en las extremidades inferiores (pierna, pie, tobillo,…), si bien puede localizarse también en la cara, el abdomen, la espalda o las extremidades superiores. Una vez descartada algún tipo de patología crónica (artritis, tiroides, disfunción renal) o alguna circunstancia puntual como el embarazo, en consulta médica se discernirá cuál puede ser la causa.
En el caso de padecer esta alteración en verano, es importante tener en cuenta que es una época en la que es fundamental mantener el cuerpo hidratado. La función celular y renal necesitan un extra de agua y, si no es así, deriva directamente en la retención de líquidos porque el organismo necesita compensar la falta de esta. La ingesta ideal en verano no debería estar por debajo del litro y medio de líquido,