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  • En el sur de Europa se ha observado más resistencia bacteriana que en el norte.
  • Una planta de tratamiento podría funcionar como una incubadora de resistencia a los antibióticos.

Antibióticos

Estudiar las bacterias presentes en las depuradoras de agua se ha convertido en un trabajo fundamental en la vigilancia de resistencia a antibióticos presentes en el medio ambiente. Un equipo internacional de científicos ha comparado el número de genes de resistencia a los antibióticos en diferentes plantas de tratamiento de agua de siete países europeos: Finlandia, Noruega, Alemania, Irlanda, España, Portugal y Chipre. Su investigación se publica en la revista Science Advances.

Los investigadores analizaron la presencia de genes de resistencia a antibióticos en las bacterias que llegan a las plantas regeneradoras de agua residual y las que sobreviven tras el proceso de depuración del agua. “Los resultados de nuestro estudio indican que las plantas de tratamiento de aguas residuales son muy efectivas eliminando bacterias resistentes a los antibióticos”, explica a SINC José Luis Martínez, coautor del estudio e investigador en el Centro Nacional de Biotecnología (CSIC).

Sin embargo, el estudio también señala que es posible que una planta de tratamiento funcione como una incubadora de resistencia a los antibióticos bajo ciertas condiciones. Entre las doce plantas estudiadas, en una instalación en Portugal el número relativo de genes de resistencia a antibióticos aumentó durante el proceso de purificación.

Para los científicos, el problema no está en la necesidad de construir plantas más modernas, sino de tratar todo el agua residual, ya que no todas las localidades tienen plantas de tratamiento de aguas. “Antes de plantearnos la necesidad de plantas más modernas debemos pensar en universalizar el tratamiento de aguas, no solo en nuestro país. Necesitamos que se trate también en países en los que el agua potable es un problema porque las bacterias resistentes que se seleccionen en una región pueden difundirse globalmente”, enfatiza Martínez.

El estudio no proporciona una respuesta directa sobre por qué el grado de resistencia a los antibióticos aumentó en una planta y disminuyó en las otras. El desarrollo de la resistencia puede verse influido por varios factores: la edad y el tamaño de la planta de tratamiento, las técnicas utilizadas, la temperatura de las aguas residuales, la cantidad de residuos de antibióticos y la interacción entre las bacterias y los diversos tipos de protozoos encontrados en el agua.

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