Mientras los científicos y la Organización Mundial de la Salud contestan a Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, que la contaminación del aire «sí que mata«, un nuevo estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) demuestra que también afecta a nuestra masa ósea, a su contenido mineral y a la vitamina D. La exposición diaria a las partículas contaminantes (PM2,5) del exterior está estrechamente vinculada con el riesgo de padecer osteoporosis, una disminución de la densidad de los huesos que se vuelven más porosos y por lo tanto más vulnerables frente a las fracturas.
Entre el 40 y el 50% de las partículas PM2,5 provienen del tráfico
Los investigadores han analizado durante tres años la exposición ambiental y la calidad de los huesos de un total de 3.717 personas de entre 34 y 37 años en el sur de la India, “un país que vive bajo una de las mayores contaminaciones ambientales del mundo”, según recuerda Otavio Ranzani, principal autor del estudio que se publica este viernes en la revista médica Jama Network Open. El hueso es dinámico y tiene procesos de regeneración natural, pero al ser expuesto a las partículas PM2,5, cuya densidad no para de aumentar, también reacciona y sus cavidades se multiplican o acentúan. “Hemos detectado una clara pérdida de la masa ósea. Esto se debe a que la inhalación de partículas contaminantes provoca estrés oxidativo e inflamaciones”, asegura el científico.
Para Aurelio Tobías, investigador del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del CSIC, este estudio es una evidencia más de cómo la contaminación induce una gran cantidad de síntomas preocupantes. “Las partículas PM2,5 son tan pequeñas que se meten en todas partes. Son capaces de ir hasta el útero, el cerebro y los conductos sanguíneos. No me extraña para nada que también ataquen los huesos”, explica.
El hueso es dinámico y al ser expuesto a las partículas PM2,5 cuya densidad no para de aumentar,