Javier Padilla es médico de familia en Madrid, profesión que compagina con la crianza de su hija, para lo cual se redujo la jornada. Iba en la lista de Íñigo Errejón por Madrid como número siete y como ya auguraba -«no está nada claro», decía antes de las elecciones- no será diputado en la próxima legislatura. Lo que sí acaba de salir es su libro ¿A quién vamos a dejar morir? (Capitán Swing), que se presenta este jueves en Barcelona y en el que reflexiona sobre el sistema de salud público español.La primera pregunta es obligada. Como titula el libro… ¿A quién vamos a dejar morir? El título del libro hace referencia a que en un entorno en el que los recursos son limitados, las decisiones que se toman en el ámbito de la salud están priorizando a unas personas con respecto a otras. El ejemplo más claro lo tuvimos en 2012, cuando se sacó de la cobertura sanitaria universal a la población inmigrante indocumentada; años después hemos visto que eso repercutió en que aumentara la mortalidad en 70 inmigrantes indocumentados al año. La respuesta, pues, a esa pregunta en ese momento era: a los que más necesitaban la asistencia sanitaria. ¿Y a quién vamos a dejar morir en el futuro? Es una pregunta cuya respuesta tiene que ser colectiva, pero dejaremos morir a aquellos que se queden fuera de las políticas públicas.En el libro cuenta que en 2012 también se excluyeron a las rentas de más de 100.000 euros. A las rentas de más de 100.000 euros que no fueran rentas derivadas del trabajo. Esto es fundamental porque una de las formas de destruir los servicios públicos no es solo expulsar a las personas con menos rentas sino también generando desafección por parte de las personas que contribuyen a financiarlo. Un sistema sanitario público fuerte no solo es aquel que hace que toda la población pueda tener acceso sino aquel que hace que toda la población tenga acceso real, es decir, que las personas de rentas altas también lo utilicen, que no sea simplemente un sistema sanitario para pobres.Esto me llama la atención porque apenas salió en los medios. Nada. Salvo en algún medio especializado o en alguna entrevista con alguna persona del ámbito de la política sanitaria que tuviera una especial sensibilidad con el tema, fue un tema que pasó muy desapercibido.