Las mujeres con endometriosis que conservan sus óvulos antes de ser sometidas a cirugía alcanzan una tasa de recién nacidos vivos cercana al 70%, según el primer estudio que se realiza en el mundo sobre preservación en pacientes con esta enfermedad crónica que afecta a la fertilidad. La endometriosis es una dolencia que padecen una de cada diez mujeres y su característica clínica más relevante es el dolor, de intensidad variable, que se produce fundamentalmente durante la menstruación y antes o después de las relaciones sexuales, y que influye en la calidad de vida de la mujer. Consiste en la aparición y crecimiento de tejido benigno fuera de la matriz, especialmente en la cavidad pélvica, los ovarios, los ligamentos uterinos y la vejiga. Además, puede afectar a la fertilidad, de tal forma que se estima que el 40% de las mujeres con endometriosis son infértiles. El estudio del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), que se hace público este jueves, ha analizado una muestra de 485 pacientes que preservaron sus óvulos, de las que 232 habían sido operadas. Las causas de la enfermedad siguen siendo una incógnita, por lo que no existe un tratamiento curativo y, hasta hoy, la única solución posible es la cirugía en los casos en que se presenta de forma más aguda, aunque esto no garantiza que no se reproduzca en el futuro, explica el doctor Juan Antonio García-Velasco, director de IVI Madrid y co-autor del estudio. Según muestra la investigación, la tasa de recién nacidos vivos en las pacientes jóvenes no operadas está cerca del 70%, mientras que en el caso de las que han sido sometidas a una cirugía es ligeramente inferior al 50%. Los datos son «determinantes» y abren una vía futura para todas las pacientes, asegura la doctora Ana Cobo, directora de la Unidad de Criobiología del Instituto Valenciano de Infertilidad, que ha liderado el estudio. “Ahora sabemos a ciencia cierta que la preservación de la fertilidad es efectiva en estas pacientes porque asegura una capacidad reproductiva en una enfermedad que tiene un carácter progresivo, por lo que podemos afirmar que es recomendable primero preservar y luego operar, en los casos en los que la cirugía esté indicada”, matiza la doctora Cobo.

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