Aunque para muchas mujeres el primer domingo de mayo sea motivo de celebración, para otras, como María Sánchez, el día de la madre es un recordatorio de las dificultades que afrontó para poder concebir, un proceso costoso económica y sentimentalmente que, a día de hoy, continúa siendo un gran desconocido debido al tabú social de la infertilidad.
En una entrevista, María ha contado que, tras intentar concebir de manera natural, optó por acudir a la sanidad pública antes de a la privada, ya que los tratamientos resultan costosos y en ocasiones los pacientes deben pedir préstamos bancarios para poder financiarlos.
La infertilidad se define como la incapacidad de un individuo para tener descendencia de manera natural y es una enfermedad reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que afecta a unos 186 millones de personas en todo el mundo, según la Sociedad Española de Fertilidad.
En España se estima que aproximadamente una de cada seis parejas en edad reproductiva tiene problemas para tener hijos (entre un 15 % y un 20%).
El precio de ser madre
El proceso para intentar ser madre a través de la sanidad pública consistió, según narra María, en siete años de largas listas de espera, lentitud en los trámites y una grave escasez de pruebas y tratamientos que no consiguió culminar en un diagnóstico concreto.