Cuando uno mira atrás, parece impensable que hace no tanto tiempo se permitiera fumar en el interior de espacios públicos. Y es que a día de hoy casi absolutamente nadie niega los efectos negativos del humo del tabaco para la salud, que entre otras cosas aumenta el riesgo de padecer cáncer, según múltiples estudios científicos.
No pasa lo mismo con otros productos, incluso aunque la evidencia científica sobre su potencial carcinogénico sea concluyente: el más polémico de todos estos, probablemente, es la carne, concretamente la carne roja y la carne procesada.
Carne roja y carne procesada
«Hay dos tipos de carne cuyo consumo impacta en el riesgo de padecer cáncer de colon», explica a 20Minutos Beatriz Arranz, Técnica de Prevención de la Asociación Española Contra el Cáncer: «La carne roja, por un lado, y la carne procesada por el otro», añade.
Arranz aclara que con carne roja nos referimos a «carne de vaca y cerdo, las más comunes; y cordero, caballo y cabra, que se consumen menos. pero también se incluirían en esta categoría».
Por contra, «llamamos carne procesada a toda la que, valga la redundancia, haya pasado por algún tipo de procesamiento como salazón, curado, ahumado, fermentación, procesos de enlatado, envasado, preparación en salsas,