«A día de hoy no podemos permitirnos que las mujeres treintañeras no sepan las consecuencias de posponer la maternidad«. Es la voz de alarma de ginecólogos y embriólogos ante la tendencia actual a retrasar la maternidad por motivos vitales, económicos o sociales, incompatibles con el envejecimiento ovárico.
«El ovario es uno de los órganos que más pronto envejece. Es un proceso que no podemos revertir», advierte Silvia Iniesta, jefe de sección de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital La Paz (Madrid) y ginecóloga de este servicio en la clínica, también madrileña, Ruber Internacional.
En un encuentro con medios para conocer la unidad de la Ruber, su directora, Elena Carrillo de Albornoz, explica que la reserva ovárica de cada paciente disminuye a lo largo de los años, mientras aumenta el número de óvulos portadores de alteraciones cromosómicas. Y en la actualidad, además de la disminución de la capacidad ovacitaria con la edad, hay que tener en cuenta que la vida actual deteriora la calidad del semen.
El estrés, la contaminación ambiental y hábitos nocivos son los responsables de ello, según el embriólogo y doctor en biología molecular Yosu Franco, quien también advierte sobre el consumo de marihuana, el reposo del ordenador en las piernas o los pantalones pitillo.