Los corticoides son un grupo de medicamentos empleados para reducir la inflamación y más en general la actividad del sistema inmunitario del cuerpo. Así, se usan comúnmente en el tratamiento de problemas de salud como la artritis reumatoide, el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o el tratamiento de las reacciones alérgicas más graves.
Con todo, y tal y como sucede con cualquier fármaco, no están exentos de posibles efectos secundarios adversos que en este caso concreto pueden ser incluso de cierta gravedad (aún así, cabe señalar que la frecuencia de aparición suele ser muy baja y que se consideran fármacos seguros cuyos beneficios compensan sus riesgos).
Efectos secundarios de los corticoides
Algunos de los principales efectos secundarios que afectan al conjunto de los corticoides, especialmente con la administración oral, incluyen:
- La retención de líquidos, que suele manifestarse en la forma de hinchazón en la parte inferior de las piernas.
- Aumento de la presión arterial.
- Cambios de humor, problemas de memoria o comportamiento, confusión o delirio.
- Malestar estomacal.
- Aumento de peso con un patrón de depósitos de grasa en el abdomen, la cara y la parte posterior del cuello.
A largo plazo, pueden aparecer otros como:
- Presión elevada en los ojos (glaucoma).