La diabetes es un desorden metabólico que disminuye la capacidad de nuestro organismo para procesar el azúcar en la sangre. En algunos países, especialmente desarrollados, alcanza tasas muy altas de incidencia: por ejemplo, se estima que hasta un 11% de los adultos en los Estados Unidos padece diabetes de los tipos I o II y que hasta un 35% padece prediabetes.

Afortunadamente, seguir una dieta adecuada puede ayudar a disminuir los síntomas y el riesgo de complicaciones, sin que ello suponga necesariamente renunciar a muchos alimentos; la clave está, más bien, en controlar las proporciones de los mismos.

Carbohidratos

Uno de los principales aportes energéticos de la dieta humana lo constituyen los carbohidratos. Por desgracia, son también el grupo de macronutrientes que resulta más determinante sobre los niveles de glucosa en sangre.

Si atendemos al consejo que emite el Gobierno norteamericano, aún con todo las personas diabéticas deberían obtener en torno a la mitad de sus calorías diarias de los carbohidratos. Para lograr mantener un equilibrio correcto de azúcar en sangre, además de tratar de ingerir la misma cantidad en todas las comidas, puede ayudar atender al tipo de carbohidratos que se consume.

Principalmente, hay dos tipos de carbohidratos que las personas con diabetes deberían evitar en la medida de lo posible: los refinados y los azúcares.

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