Por muy incómodos o vergonzosos que sean, los gases, más comúnmente conocidos como pedos, son una función corporal completamente normal y saludable. Es una señal de que tu sistema digestivo está muy activo, ya que los alimentos que comes se descomponen de manera rápida y eficiente.

Tu intestino alberga una diversa cantidad de microorganismos, conocidos colectivamente como el microbioma intestinal, que incluye bacterias, hongos, virus y otros microbios.

Tu microbioma intestinal juega un papel crucial en la digestión, la inmunidad y la salud general. Cuando se trata de la digestión, los microbios intestinales convierten las moléculas grandes (los azúcares, las grasas, las proteínas y las fibras de los alimentos) en moléculas pequeñas, en forma de ácidos grasos y gases.

Los ácidos grasos alimentan las células que recubren el intestino, mientras que los gases escapan del cuerpo. Si bien la mayoría del gas producido es inodoro, algunos huelen mal debido al sulfuro de hidrógeno, que huele a huevos podridos.

Si tus pedos huelen así, tus hábitos alimenticios podrían ser los culpables, tal y como explica la doctora Maximilienne Toetie Allaart, investigadora del microbioma intestinal de la Universidad de Tübingen (Alemania) en un artículo publicado en The Conversation.

«Existe una correlación entre lo que comes, la cantidad de gases que produce tu estómago y el olor de esos gases.

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