Un grupo de neurocientíficos noruegos ha desarrollado un experimento para revelar los efectos en la salud de pasar la noche en vela, no sólo en nuestro cerebro, sino también en nuestro cuerpo.

En un estudio publicado en la revista Plos One, los investigadores reclutaron a 21 hombres jóvenes sanos para someterlos a una serie de pruebas de imágenes de tensor de difusión (o DTI), que indican la difusión de agua en el cuerpo y, por lo tanto, la salud del sistema nervioso.

Tal y como recoge Science Alert, los voluntarios permanecieron despiertos durante 23 horas y, para aportar algunas condiciones de control, no se les permitió consumir alcohol, cafeína o nicotina durante el estudio, y no pudieron comer nada antes de una exploración DTI.

El estudio señaló cambios «significativos» en la materia blanca dentro del cerebro después de una noche sin dormir, y encontró que «la falta de sueño se asoció con anisotropía fraccional generalizada».

En otras palabras, lo que detectaron fue una degradación de las redes de ‘conectividad’ dentro del cerebro. Se notaron cambios en todo el cerebro, cubriendo el cuerpo calloso, el tronco encefálico, el tálamo, los tractos fronto-temporal y parieto-occipital.

Lo que no se sabe es cuánto duran estos efectos.

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