El verano, y más si es tan caluroso como este, puede tener efectos sobre nuestra salud, también en el órgano más grande de nuestro organismo: la piel. Y es que, así como hay afecciones cutáneas que pueden mejorar durante esta estación, como el acné o la psoriasis, hay otras que empeoran notablemente y pueden perjudican seriamente a la calidad de vida de los pacientes durante esta estación. Veamos cuáles y qué hacer para remediarlo.

Rosácea

La rosácea es una afección que se produce por la inflamación de los vasos sanguíneos de mejillas y nariz, provocando el enrojecimiento de esas zonas, donde se pueden desarrollar además granos con pus muy similares al acné e incluso el agrandamiento de la nariz. En verano, debido al calor y al agua de piscinas y playas, al cloro… los síntomas de la rosácea pueden empeorar. Para minimizar los efectos del verano en la piel con rosácea, los dermatólogos recomiendan ducharse inmediatamente después de bañarse en el mar o en las piscinas y extremar los cuidados utilizando, además de protección solar, productos específicos para calmar la sensación del calor por la inflamación.

Dermatitis

El verano es la peor época para las personas con dermatitis atópica, especialmente si es grave. Muchas son las causas del empeoramiento de esta dermatitis en esta época del año: el cloro de las piscinas irrita y seca la piel,

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