Se estima que en España existen hasta 76.000 personas infectadas por el virus de la hepatitis C que podrían ser pacientes ocultos que no acceden al sistema sanitario, ha destacado el doctor Juan José Urquijo, especialista en aparato digestivo del Hospital Vithas 9 de Octubre (Madrid), quien ha puesto de relieve la «necesidad» de realizar un cribado poblacional masivo para conseguir erradicar la enfermedad.

Por otra parte, ha hecho hincapié en la «importancia» de diagnosticar y tratar a pacientes con riesgo de contraer este germen, como aquellas personas que han recibido una transfusión de sangre antes de 1992, usuarios de drogas, individuos que practican relaciones sexuales de alto riesgo o inmigrantes procedentes de países con alta prevalencia.

La hepatitis es una inflamación del hígado debida al contagio de un virus y presenta un alto grado de contagio. Así, las hepatitis B, C y D se transmiten por la sangre o la exposición de la piel y las mucosas. Por su parte, las hepatitis A y E se propagan por la ingesta de alimentos contaminados por el virus o el contacto cercano con una persona contagiada.

Sin embargo, su control en España ha aumentado, y esto se puede ver en que desde que se implantó el plan estratégico nacional para el abordaje de la hepatitis C en 2015 se han tratado a más de 130.000 pacientes. A esto se suma la aparición de antivirales de acción directa que, asociados a otros fármacos con bajos efectos secundarios, ha conseguido eliminar el virus en la mayoría de los pacientes tratados con una duración del proceso de entre 8 y 12 semanas.

Además, la hepatitis B cuenta con una vacuna, por lo que «es posible que con los años podamos alcanzar la eliminación del virus o sea mínima su presencia a nivel mundial». Así, el experto ha concluido que «el temor al contagio no es infundado,

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