El suicidio de su hermana Esther, hace justo un lustro, cambió radicalmente la vida de la periodista Silvia Melero (Madrid, julio 1976). Dispuesta a entender un mazazo así, para paliar el duelo empezó a promover encuentros con personas que vivían la misma dura experiencia. De ahí nació Luto en colores, primero como charlas, luego talleres y finalmente un libro. Ama la vida, a pesar de todo; y, como sostiene que de la tristeza también se saca belleza, anda atareada siempre inmersa de lleno en llevar alegría y sosiego a quienes se han encontrado con muertes inesperadas cercanas.

“Repensar la muerte para celebrar la vida” dice el subtítulo de su libro, ¿Cómo es posible?

A partir de vivenciar la muerte, precisamente. Yo nunca me había imaginado que me pasaría lo que me pasó. El contraste de vivir el dolor de la muerte de mi hermana, con todo el cariño que recibimos, me hizo ver que la alegría podía convivir con la tristeza. Todo coexiste a la vez. Dentro de la muerte había cierta belleza, aunque cueste decirlo. Y sirvió para tejer una inmensa red de amor y de cariño.

¿Se entiende por qué alguien decide quitarse la vida?

Lo he llegado a entender y lo he aceptado. Al principio es la negación, no se acepta. Pero en estos cinco años de charlas y encuentros con gente que ha vivido situaciones similares, pienso que cualquier persona ya que tiene derecho a decidir su propia vida, también lo tiene para decidir su propia muerte. Y si alguien tiene un sufrimiento grande, un tiempo de lucha de caer y de volver a levantarse, su dolencia psicológica es una dolencia vital. No distingo entre la salud física y la emocional. Somos uno. Si con tratamientos no se va ese sufrimiento, lo que quieres es descansar.

¿Se ve venir un suicidio? ¿Se puede prevenir?

Quiero aclarar que Luto en colores no surge para prevenir el suicidio, que ya hay otra gente maravillosa que se dedica a ello. Surge para apoyar después. Es como decir ¿se puede prevenir el cáncer?,

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