Ni bueno ni malo. Sudar tras haber entrenado es un fenómeno fisiológico absolutamente normal, puesto que es la manera que el organismo tiene para compensar el sobreesfuerzo y la subida de la temperatura corporal. Ciertamente, cuando hacemos ejercicio solemos sudar bastante más que cuando llevamos a cabo una actividad más tranquila, y lo importante está en la proporción. ¿Cuánto es ‘mucho’ o ‘excesivo?
«Sudar mucho es síntoma de que tu organismo está trabajando normalmente para regular la temperatura corporal y evitar un exceso de calor que podría provocar males mayores. Durante el ejercicio físico, con el calor excesivo y también con el estrés al que nos sometemos, el sistema endocrino se encarga de regular la cantidad de sudor necesaria para bajar la temperatura por evaporación. En cada caso, la cantidad justa», explica Alfonso Higón, CEO del laboratorio cosmético Armonía.
¿Cuánto sudor se considera ‘mucho’ en el entrenamiento?
Higón continúa exponiendo que «la cantidad de sudor que manifiesta nuestro cuerpo va a depender de muchos factores. Entre ellos, de las condiciones ambientales (temperatura y humedad), la genética (número y distribución de las glándulas sudoríparas) y del peso y composición corporal de cada persona».
Durante el entrenamiento, nuestra frecuencia cardiaca aumenta, también lo hace la frecuencia respiratoria y la temperatura.