A pesar de las apariencias, cargadas de autoestima desmedida y el convencimiento de superioridad con respecto al resto de los mortales, la persona arrogante o soberbia esconde inseguridad, heridas emocionales sin cicatrizar, escasos recursos emocionales y, en el fondo, un problema real para aceptarse a sí mismos. Los expertos hablan de estos perfiles como personas con un problema de salud mental que les aboca a la soledad.

En Instagram, el famoso psiquiatra Enrique Rojas califica la soberbia como «un modo de ceguera psicológica en la que quienes la padecen sólo son capaces de ver lo bueno que tienen, e incapaces de asumir los defectos personales en su justa medida. No dirigen la mirada hacia los otros, puesto que permanecen encerrado en sí mismo». El experto, además, nos invita a descubrir cuatro signos que delatan a este tipo de personas.

1. Aire de autosuficiencia

La primera característica que nos vamos a encontrar en una persona soberbia es, según el psiquiatra, que siente que está por encima de todo y de todos, y que no necesita de nadie para vivir.

Su actitud en público es la de bastarse a sí mismo y posicionarse por encima del bien y del mal. En cuanto a una pista física, en general, suelen mostrar un gesto hierático,

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