Hasta donde conocemos, el cuerpo humano tiene cinco sentidos ligados a cinco órganos principales. El gusto que se encuentra en la lengua, el tacto que se produce en la piel, la vista que se da gracias a los ojos, el olfato que depende de la nariz y los oídos, que controlan el equilibrio y permiten escuchar los sonido. Sin embargo, es muy posible que en España se desconozca que existe un misterioso sexto sentido. Este recibe el nombre de interocepción o, como se conocen en el campo de la salud mental, función interoceptiva.
¿Qué es la interocepción?
La interocepción es un término que se refiere a la capacidad del ser humano para percibir las sensaciones internas de su propio cuerpo, aquellas que provienen de las vísceras. Este «sexto sentido» nos permite sentir el latido de nuestro corazón, el hambre, la sed y otros procesos internos. Es una parte esencial de cómo experimentamos nuestra salud. De hecho, estudios recientes han descubierto que esta función podría darse de forma diferente según el género masculino o femenino, debido a los cambios fisiológicos y hormonales específicos de cada sexo.
Y, es que, la interocepción no solo nos ayuda a reconocer sensaciones físicas, sino que también juega un papel crucial en la regulación emocional.