Hay drogas, hay alcohol, hay homosexualidad, gritos, peleas, broncas familiares y dolor. Y también música, mucha música en Rocketman, la película que ha traído a Elton Jon, tanto en persona como en la pantalla, al festival de Cannes. Aunque este jueves el músico posó ante los fotógrafos, realizó la alfombra roja de la proyección de gala de su película y actuó en la fiesta posterior, el viernes dejó al equipo del filme que defendieran ellos solos el proyecto, que recorre la vida de Reginald Kenneth Dwight —es decir Elton John— desde su nacimiento hasta su reclusión en una clínica de desintoxicación hace 28 años.

Rocketman, dirigida por Dexter Fletcher, se centra más en la parte oscura del músico —un niño prodigio, un hombre dotado para la composición de melodías— que en su alegría de vivir y su éxito. Se ve en una secuencia: en el jardín de su casa estadounidense se celebra una fiesta en la que están hasta los vecinos de su madre en Pinner, su ciudad natal a las afueras de Londres. Mientras, en la residencia, Elton John intenta suicidarse.

Ante la prensa Taron Egerton, actor que encarna al músico y que sí canta en la pantalla —al contrario que Ramy Malek en Bohemian Rhapsody que solo hizo playback— ha definido de forma cariñosa a su alter ego: “Elton John es un ser humano extraordinario pero es un ser humano”. Y le agradeció que en las largas conversaciones que han rodeado el proyecto nunca escondiera aquellos malos momentos. “Es increíblemente generoso: Nos entendió bien y nos dejó contar la historia a nuestra manera, permitiendo a Taron hacer su trabajo”, aseguraba Fletcher, que durante el rodaje también se hizo cargo de parte de la filmación de ‘Bohemian Rhapsody‘ ya que fue quien sustituyó a Bryan Singer cuando fue despedido por acusaciones de abusos sexuales a menores. Así que Fletcher, un conocido cómico inglés, ha devenido en experto en biopics musicales.

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