Los especialistas han analizado las infraestructuras, el dinero disponible para emergencias, el número de profesionales capacitados para solucionarlas y los mecanismos de coordinación entre países. Según las conclusiones del Informe anual sobre Preparación Mundial de Emergencias Sanitarias, «el espectro de una urgencia sanitaria global se vislumbra en el horizonte». «Sería genial decir que estamos preparados para lo que puede venir, pero no es así. Tenemos que hacer una serie de cambios y vamos a controlar que se lleven a cabo», explica la supervisora de este análisis, Harlem Brundtland, que fue primera ministra de Noruega y directora general de la OMS.

La junta que ha elaborado este informe está compuesta por 15 miembros entre los que hay técnicos, políticos y altos representantes de diferentes organismos. «Durante mucho tiempo hemos permitido que se suceda un ciclo de pánico y abandono: prodigamos los esfuerzos cuando surge una amenaza grave y nos olvidamos rápidamente cuando remite», reza el documento entregado a la ONU. ¿Qué hay que cambiar? «El escollo principal es la financiación. Sigue sin invertirse lo suficiente, aun siendo lo más inteligente desde el punto de vista económico. Por cada dólar invertido en vigilancia, ahorras 10 en servicios médicos», apunta Elhadj As Sy, secretario general de Cruz y Media Luna Roja, y otros de los responsables del estudio. Los expertos señalan acciones muy concretas a tomar por parte de los países más ricos, como por ejemplo destinar cantidades significativas a fondos destinados a la salud global, el Fondo Mundial (que aporta recursos contra la malaria, el sida y la tuberculosis), la alianza Gavi (destinada a promover la vacunación), y la Asociación Internacional de Fomento, que ofrece préstamos asequibles a países en desarrollo. España, por ejemplo, acaba de anunciar que volverá a aportar dinero al Fondo Mundial después de ocho años.

Compromisos para prevenir una epidemia masiva

Estos son algunos de los objetivos concretos que determinan los autores del informe sobre preparación mundial para emergencias sanitarias:

  • Elaborar un plan de seguridad sanitaria, determinar los recursos y nombrar a un coordinador de alto nivel para aplicar estas medidas.

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