El titular del Juzgado de Primera Instancia número 4 de Vinaròs (Castellón), que investiga la muerte de una niña de dos años en el hospital comarcal de esa localidad en noviembre de 2018, ha acordado seguir la causa contra dos enfermeras de dicho centro al entender que pudieron incurrir en un delito de homicidio por imprudencia por una negligencia en la administración del suero.
Los hechos se remontan al 13 de noviembre de 2018, cuando Ariadna Cano, una niña de 20 meses, murió tras ser atendida por un cuadro de vómitos en el Hospital Comarcal de Vinaròs (Castellón) tras recibir una dosis letal de glucosa por vía intravenosa como resultado de una cadena de errores cometidos en el servicio de Urgencias.
Según el relato de los hechos del propio hospital, la pequeña fue llevada por sus padres a Urgencias por “vómitos persistentes” sobre las 13.00 horas. La facultativa que la atendió, R. M., apreció síntomas de “deshidratación leve” por una grastroenteritis y le prescribió suero salino y glucosa diluida. Las hojas de tratamiento recogen que el gota a gota tenía que estar compuesto por un suero “glucosalino 1/3” —dos partes de suero fisiológico y una con glucosa diluida al 5%— de 500 mililitros, en el que debían diluirse 40 mililitros de “suero glucosado al 50%”, una forma muy concentrada utilizada habitualmente en otros tratamientos, como el del coma hipoglucémico.
La enfermera L. F., sin embargo, interpretó mal las anotaciones y preparó dos viales de 100 mililitros de glucosa concentrada, que fueron administrados directamente y sin diluir a la niña en aproximadamente una hora. El resultado —entre ambos suman 100 gramos de glucosa— fue una hiperglucemia de 1.738 miligramos por decilitro de sangre, unas 20 veces por encima de los niveles normales (entre 60 y 100). Esto causó primero un episodio de convulsiones y luego, entre otras complicaciones y pese a todos los esfuerzos de los facultativos, varias hemorragias cerebrales que acabarían causando la muerte de Ariadna.
Según el auto del juez,