La Generalitat ha dado esta tarde una de cal y otra de arena al plan de desescalada presentado ayer por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El Govern catalán ha celebrado que por fin haya un documento por escrito sobre el que poder discutir y se ha congratulado que se base en criterios científicos. Además cree que tiene elementos «positivos», pues no en vano contiene elemento de su propio plan de desconfinamiento. Eso en la parte buena. En la mala, la Generalitat ha cargado con dureza contra el Ejecutivo central. Cree que su plan es «imprudente» por poner fecha concreta al fin de desescalada y hablar de que para finales de junio ya podríamos entrar en la fase de nueva normalidad. El problema añadido, según el Govern, es hacer coincidir el fin del desconfinamiento con el inicio de las vacaciones, lo que puede disparar la movilidad en algunas zonas de la costa.
El Ejecutivo catalán teme que la hoja de ruta anunciada por la Moncloa sea precipitada y ha criticado también que la unidad territorial para iniciar el desconfinamiento sea la provincia. «Queremos replantear este aspecto», ha señalado la consejera de Presidencia, Meritxell Budó. El Govern propone una división de Cataluña en siete regiones sanitarias, que corresponden a las veguerías: Barcelona, Tarragona, Girona, Lleida, Tierras del Ebro, Cataluña Central y Alto Pirineo. «Esperamos una respuesta a nuestra petición de una unidad territorial más eficaz», ha señalado la portavoz del Govern. «El Gobierno se equivoca fijando un sistema provincial», que según ha dicho es propio del siglo XIX. La Generalitat ha lamentado que el Gobierno haya elaborado el plan sin contar con Cataluña y con las autonomías. «Las conferencias de presidentes son monólogos de Sánchez y eso no es coordinación», ha reprochado. «Coordinación y colaboración no es mandar datos y que nos digan que tenemos que hacer», ha criticado la consejera de Salud, Alba Vergès,