El prolongado confinamiento de la población está abriendo debates en la sociedad y también en el Gobierno. El último de ellos, la posibilidad de permitir que los niños salgan a la calle después de un mes encerrados en casa. El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, ha abierto este lunes una pequeña rendija al no descartar que esa idea tome forma dentro de dos semanas, cuando concluya la actual prórroga del estado de alarma.

El Gobierno está buscando «una respuesta» que permita flexibilizar el confinamiento de los menores, ha dicho Ábalos, pero «sin poner en riesgo la salud de los más pequeños ni de terceros». «Hay que intentar que todo el sacrificio no se desperdicie por una medida apresurada», ha reiterado el ministro, que ha abogado por que la decisión se base en «criterios sanitarios» y en la «prudencia».

Más contundente se ha mostrado el ministro de Sanidad, Salvador Illa, que ha dicho que aún no ha llegado el momento de permitir que los niños salgan a la calle. «Siendo conscientes del grado de sacrificio que comporta para las familias y los niños, por prudencia y con cautela, conforme a la información que disponemos, hay que mantener todavía esta medida», ha afirmado.

El ministro de Sanidad ha reconocido que el Gobierno ha recibido peticiones en este sentido en la Comisión de Sanidad o en las videoconferencias que el presidente, Pedro Sánchez, mantiene con los representantes autonómicos, pero ha insistido en reclamar «máxima cautela» y esperar a que «se den las condiciones de seguridad en base a los datos epidemiológicos».

Psicólogos, ONG infantiles, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y partidos como Ciudadanos han sugerido al Gobierno que relaje el confinamiento de los menores con el argumento de que el encierro les priva de recibir estímulos vitales necesarios para su crecimiento y de un contacto con el exterior básico para regular su desarrollo neuronal.

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