Aunque muchos estudios han mostrado que los hombres tienen más probabilidades de empezar a fumar, la evidencia disponible dice que las mujeres tienen después más dificultad para abandonar el hábito; tienden a recaer más veces, y en ellas las técnicas para dejar de fumar tienen menor éxito.
Un reciente trabajo realizado por investigadores de la Universidad de Uppsala (Suecia) del que se ha hecho eco el portal de noticias médicas Medical News Today sugiere que esta diferencia podría deberse al efecto de la nicotina en el tálamo, una parte del sistema límbico del cerebro (a su vez, un componente clave del lóbulo temporal, involucrado en las emociones y la motivación).
Efecto sobre la producción de estrógeno
Para llegar a esta conclusión, estos autores reclutaron 10 mujeres sanas, no fumadoras y en edad reproductiva. A continuación, les administraron una dosis de nicotina (a través de un spray nasal) y a continuación un producto radiactivo que se une a la enzima aromatasa, responsable de la síntesis del estrógeno.
Mediante escáneres cerebrales, pudieron observar cuánta enzima había en el cerebro, y comprobaron que se encontraba en grandes proporciones en el tálamo, el hipotálamo y la amígdala. También constataron que la nicotina reducía estas cantidades.
Esto parece indicar que la nicotina influye en la producción de estrógeno,