Tras la petición propuesta por la Comisión Europea en marzo de 2020, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) ha actualizado la evaluación de la seguridad del dióxido de titanio (E171) como aditivo alimentario y ha concluido que su uso no es seguro, ya que la información disponible no permite descartar su genotoxicidad.
De esta manera, no es posible establecer una ingesta diaria admisible de este aditivo y aunque no suponga un riesgo inmediato para la salud, sí recomiendan evitar su utilización. La propuesta de la Comisión Europea de prohibir su uso ha recibido los votos positivos de los Estados miembros de la Unión Europea y la nueva normativa podría entrar en vigor a comienzos del próximo año, detalla la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
El Parlamento y el Consejo Europeo ofrecerán su opinión al respecto y al ponerse en marcha el nuevo reglamento los fabricantes de productos que contengan este aditivo dispondrán de un periodo de transición «para reformular sus productos». Cuando concluya este plazo, «dejaremos de ver en el mercado alimentos que incluyan el E171 en la lista de ingredientes«, indica la OCU.
«No se podía descartar la genotoxicidad tras el consumo de partículas de dióxido de titanio. Tras su ingestión,