LOLITA BELENGUER
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A veces pasa que en cuestión de una semana escuchas un nuevo término o concepto varias veces. El ayuno intermitente se ha puesto de moda entre quienes hacen deporte habitualmente o se preocupan por su alimentación y llevan un estilo de vida saludable. Ahora que hemos vuelto de vacaciones, una forma de perder esos kilos (no muchos) que hemos ganado puede ser aumentando el espacio de tiempo que estamos sin comer entre la cena y el desayuno hasta las 12 o 14 horas.
Esta (no tan) nueva tendencia llamada ayuno intermitente tiene muchos seguidores pero también detractores. Consiste en realizar “fases de ayuno durante las cuales simplemente se ingieran bebidas acalóricas —agua, té, café solo— y combinarlas con fases de ingesta normal”, explica Susana Monereo, jefa del Servicio de Endocrinología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Estos ayunos pueden durar las ocho horas que habitualmente pasamos sin comer entre la cena y el desayuno o pueden ser de hasta 14, 16, 18 e incluso 20 horas. Sin embargo, para no correr riesgos, la doctora Monereo recomienda o bien “no picar durante la noche”, ayuno que según asegura favorece la limpieza y regeneración del cuerpo y beneficia al hígado, o bien “sustituir la cena por una bebida acalórica tres días a la semana”. Ir más allá sin el asesoramiento de un profesional podría desencadenar en “atracones de hidratos de carbono, que son los que más recompensan”. Y al final, “como con la mayoría de las dietas, terminas engordando”, explica la endocrina.
Desde la asociación científica Dietética Sin Patrocinadores describen el ayuno intermitente no como un tipo de dieta sino como un “protocolo”. En una de las conferencias que organizan cada mes, el nutricionista Daniel Martínez Pardo explica que el ayuno 12h-12h es “el más cómodo para iniciarse” en este hábito y consite en concentrar las comidas habituales a lo largo de 12 horas y no comer durante la otra mitad del día. “Normalmente es adelantando un poco la cena y retrasando el desayuno“, cuenta.
Entre los beneficios del ayuno intermitente, Susana Monereo destaca la “mejora del perfil metabólico,