Nunca les hemos dado tanta importancia ni hemos agradecido tanto poseerlos como hasta ahora. Los balcones, esas puertas abiertas al mundo, esos escasos dos metros de libertad gracias a los cuales nos seguimos asomando al mundo – eso sí, a un mundo muy distinto y más terrible que el de hace hace apenas 15 días-, se han convertido en el tesoro más preciado de quienes (con mucho atino) decidieron un día apostar por el piso exterior.
Poemas, por cierto, hay cientos dedicados a estos espacios indefinidos, que nos pertenecen por escritura o contrato de alquiler pero que en realidad son casi más parte del mobiliario urbano. Más de la calle que nuestros, una vez cerramos las puertas. Entre ellos, este titulado Despedida de Federico García Lorca, que aborda dos de sus grandes obsesiones: la muerte y las ansias de vivir en libertad. “Si muero, dejad el balcón abierto. / El niño come naranjas. (Desde mi balcón lo veo.) / El segador siega el trigo. (Desde mi balcón lo siento.) / ¡Si muero, dejad el balcón abierto!”.
Y a esto nos dedicamos más que nunca en tiempos de confinamiento, crisis sanitaria, estado de alarma y teletrabajo. Recuperamos y revalorizamos estos espacios tantas veces ignorados (donde apenas salíamos si no era para regar las plantas, dejar aparcada la bici del niño o asomar la nariz por las mañanas antes de ir a trabajar para decidir si ponernos la gabardina o la parka).
Nuestros balcones son el eco del homenaje a quienes salen cada día a trabajar para hacer frente al Covid-19 pero también nos dan la vida – como bien reflejan las fotografías de Jorge París que ilustran esta galería– y exprimimos cada centímetro de este espacio público-privado para idear un nuevo uso o una nueva utilidad. Recopilamos y aportamos algunas ideas en tiempos de coronavirus:
La vitamina D es un micronutriente que el organismo no produce por si solo pero muy importante para mejorar la inmunidad. Su aporte a través de la dieta es escaso, por eso, lo mejor forma de incorporarla es a través de la exposición solar. En los meses de primavera y verano se recomienda tomar el sol entre 10 y 20 minutos al día.
Según la última Encuesta Continua de Hogares publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE),