Cuando en 2010 el profesor Luis Miguel Bermúdez aterrizó en la escuela Gerardo Paredes, en un barrio conflictivo de Bogotá (Colombia), el panorama era desolador. Un promedio de 70 adolescentes, ignorantes en lo referido al sexo, veían cada curso truncado su futuro por un embarazo no deseado, fruto muchas veces de una relación violenta. Así que Bermúdez, que se doctoró con una tesis sobre esta problemática, se puso manos a la obra y en 2014 cambió el plan de estudios. Hoy el finalista del Global Teacher Prize 2017 (premio al mejor profesor del mundo) presume de que las chicas educadas no son mamás, aunque reciben gestantes que temen ser estigmatizadas en sus centros. El escenario no es el más favorable. No lo es en Suba Rincón, donde hay pandillas, narcotráfico, pobreza extrema y violencia intrafamiliar. Ni en todo Colombia, donde algunas farmacias niegan a los jóvenes los anticonceptivos.

Las escuelas colombianas tienen cierta libertad para elegir su temario, así que en el Gerardo Paredes reciben clase de Educación para la Sexualidad y Construcción de Ciudadanía —dos horas semanales en el caso de los mayores— y la intención es reforzar la instrucción desde preescolar, cuando se instauran los roles de género. 

Bermúdez no ha encontrado oposición en la clase política —fue reconocido como el mejor maestro de Colombia en 2017— en un país en el que el aborto está prohibido. Tampoco ha sentido el rechazo de las familias —como él esperaba—, sino por parte de sus compañeras que limitan el sexo a una práctica para tener hijos. Él forma a otros maestros para extender su currículum, “tienen que empezar por quitarse prejuicios machistas”.

La clave, a su juicio, está en que la escuela trabaja junto al Servicio Público de Salud para programar la anticoncepción. “En Colombia se vulnera el derecho a planificar. Se señala a la chica que mantiene relaciones, las madres no quieren que sus hijas se junten… Y así desaparece esta barrera”, cuenta Bermúdez, que enseña a estas alumnas a tener gobierno de su cuerpo, a disfrutar del sexo sin prejuicios y a frenar la violencia de género muy instaurada y de la que no son conscientes.

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