La hipertricosis, más conocida como síndrome del ‘hombre lobo’, es una enfermedad rara -aquellas que afectan a una persona de cada mil- y que tiene dos orígenes, uno exógeno, la ingesta de un medicamento erróneo, como en el caso que está de actualidad ahora en España, y otro endógeno, la transmisión de los genes de progenitores a hijos. Aunque no existen datos concretos, diversos estudios cifran en un ser humano de cada mil millones que padecen esta enfermedad congénita que se identifica con la imagen de una persona con un manto de pelo grueso y largo que cubre el cuerpo casi en su totalidad, a excepción de las mucosas, las palmas de las manos y de los pies.
Ahora, la enfermedad ha vuelto al primer plano de la actualidad. Los afectados en Cantabria, la Comunidad Valenciana y Andalucía, en su mayoría bebés, ingirieron minoxidil -medicamento que evita la caída del pelo- en lugar de omeprazol, el fármaco que combate el reflujo gástrico. Este error farmacéutico no tiene consecuencias graves a largo plazo, porque, según cuenta el doctor Antonio Clemente Ruíz de Almirón, especialista en dermatología, la salud de los bebés no corre peligro y «el exceso de vello desaparece unos meses después de dejar de consumir el fármaco, aunque siempre se puede acelerar el proceso con técnicas de depilación».
Pero ¿qué ocurre con aquellas personas que nacen con hipertricosis? «Los casos en los que la enfermedad se produce por herencia son rarísimos, los dermatólogos vemos uno o dos en la vida», explica Clemente. Dentro de un proceso natural de embarazo, entre las semanas 13 y 16, todos los bebés comienzan a desarrollar el llamado vello lanugo -pelusa blanca que crece en el cuerpo del neonato dentro del útero materno-, un tipo de pelo grueso y largo que llega a cubrir por completo al feto en la semana 20 de gestación. Al final de casi todos los embarazos,