El parto, para la especie humana, es un proceso especialmente complicado y delicado. Aunque afortunadamente la medicina ha logrado ir reduciendo sus peligros con el paso de los años, aún hoy es relativamente común que se produzcan ciertas complicaciones.

Uno de los síntomas a los que es importante atender, tanto durante el parto como en las horas siguientes, es a las pérdidas excesivas de sangre, ya que pueden indicar que algo grave está sucediendo y actuar rápido puede determinar el desenlace.

Que se dé un cierto sangrado tras el parto es algo normal, por lo que es importante recalcar que para que se considere una hemorragia uterina excesiva es necesario o bien que el volumen de sangre sea igual o superior a un litro y que el sangrado se produzca en las 24 horas posteriores al parto, o bien que la madre presente síntomas de pérdida significativa de sangre (presión arterial baja, ritmo cardiaco rápido, mareos, aturdimiento, fatiga…).

Esto puede ocurrir por varios motivos. El más frecuente es una condición que se conoce como atonía uterina, que consiste en que el útero no comienza a contraerse tras el alumbramiento.

A su vez, esto puede sobrevenir como consecuencia de una sobredistensión uterina por un embarazo múltiple, por macrosomía fetal (feto de gran tamaño) o0 polihidramnios (exceso de líquido amniótico);

 » Leer más