Por lo general, la frecuencia cardíaca del feto se monitoriza durante el trabajo de parto, ya que es un buen indicador de que todo está yendo como es debido. De hecho, puede permitir que cualquier problema se detecte con la antelación suficiente como para solucionarlo antes de que tenga consecuencias.
¿Cómo se monitoriza la frecuencia cardíaca fetal?
Este parámetro se puede medir en tiempo real colocando una serie de sensores, que pueden ser tanto externos (fuera del cuerpo de la madre) como internos (dentro del mismo). Normalmente, se realiza de forma externa; sólo cuando hay algún motivo de preocupación por el que el médico requiera información más precisa se realiza de forma interna.
Sea como sea, en ambos casos los valores que se consideran normales se mueven entre los 110 y los 160 latidos por minuto. Se consideran señales normales también los incrementos en la frecuencia al moverse el bebé y el aumento durante las contracciones.
¿Qué se hace cuando la frecuencia no es normal?
Cuando por el contrario hay algún problema (que la frecuencia sea excesivamente irregular, que no aumente durante movimientos o contracciones o que esté por encima o por debajo de los valores previamente señalados), el médico puede probar varias opciones.
Por ejemplo, puede probar a cambiar la posición de la madre,