El catálogo de los suplementos se ha ampliado en los últimos años a pasos agigantados. Las vitaminas concentran quizás la mayor demanda junto a los ácidos grasos omega-3, dado u temor un tanto extendido de que las dietas no cuenten con los suficientes nutrientes, cuando en muchas ocasiones no es así. Hay moléculas y ácidos grasos, pero también extractos de alga, como es la espirulina.
Se trata de un suplemento que se obtiene a partir de cianobacterias del género Arthrospira, un tipo de alga microscópica de color verde azulado que se ha hecho un hueco hace años en este mercado de productos alimenticios debido a su notable cantidad de proteínas, vitaminas, minerales y antioxidantes.
Y aunque ha sido en las últimas décadas cuando el consumo de la espirulina se ha extendido, lo cierto es que como fuente de alimento ya era conocida por el pueblo azteca, que lo denominaba tecuitlatl, tal y como revelan fuentes bibliográficas. De hecho, el lago Texcoco es uno de los territorios donde se constató una mayor presencia de esta alga.
Ayuda a la función renal
Una de las propiedades más apreciadas de la espirulina es la que tiene que ver con la función renal, ya que ayuda a la eliminación de toxinas.