El síndrome del intestino irritable es un trastorno que provoca molestia abdominal y cambios en el intestino, sin que esto sea producido por un daño o enfermedad del tracto digestivo. En muchas ocasiones, la causa que lo produce no está clara y, por ello, la alimentación pasa a jugar un papel importante.
Llevar hábitos de vida saludables y cuidar la alimentación es una de las recomendaciones para tratar de frenar los síntomas de quien padece intestino irritable. Uno de los consejos de los expertos es evitar los alimentos ricos en FODMAP (fructo-oligo-di-y monosacáridos y azúcares polialcoholes fermentables).
Diferentes estudios han demostrado que los alimentos ricos en FODMAP pueden ser peor tolerados por las personas que padecen esta dolencia. Sin embargo, antes de restringir la ingesta de ciertos alimentos, conviene consultar y contar con la ayuda de un profesional, ya que elaborar dietas por cuenta propia puede llevar a deficiencias nutricionales.
Algunos alimentos ricos en FODMAP son el centeno, las legumbres, la leche de vaca, cabra y oveja, así como sus derivados, algunas frutas y verduras, como las manzanas, el repollo, la pera o el mango, las carnes procesadas o las mermeladas y la miel.
Por ello, para conseguir un desayuno libre de estos, se puede optar por una de las siguientes opciones,