Un reciente estudio, recogido por el Centro Nacional para la Información en Biotecnología (NCBI) de Estados Unidos (encargado de recopilar artículos científicos referentes en biomedicina, biotecnología, bioquímica, genética y genómica publicados en PubMed), revela que las piezas dentales de leche contienen células madre que, por haber estado menos expuestas a daños medioambientales, pueden ser de gran ayuda para regenerar otras partes dañadas del cuerpo. En los últimos años, han sido varias las investigaciones que se han llevado a cabo sobre la posible potencialidad que tienen las células madre dentales en el desarrollo de terapias para combatir futuras enfermedades. Una circunstancia que ha favorecido la aparición de bancos de dientes privados a los que las familias acuden para conservar las piezas dentarias de sus hijos con la esperanza de que puedan serles de utilidad para el tratamiento de patologías en años venideros.
Según envejecemos, la cantidad de células madre adultas que uno retiene en los órganos va disminuyendo bien porque esas células van muriendo, se van utilizando para ir regenerando tejidos u órganos, o van perdiendo capacidad o funcionalidad regenerativa. Ander Izeta, biólogo, responsable del Grupo de Ingeniería Tisular del Instituto Biodonostia y secretario de la Sociedad Española de Terapia Génica y Celular, explica que esto ocurre de manera generalizada en todo el organismo y en la pulpa dental ocurre de igual manera, “así que si puedes utilizar un diente de leche de un niño siempre va a ser una fuente de células madre más joven, con mejores capacidades que el diente de una persona de 50 u 80 años. Esto es uno de los problemas por los que a veces nos cuesta utilizarlas, porque la gran mayoría de patologías se desarrollan en personas en edad avanzada y, en algunos casos, cuando uno quiere hacer una aproximación autóloga para utilizar las células del propio paciente, estas pueden estar ya envejecidas o dañadas”.
Por eso, la mayor capacidad terapéutica de las células madre que contienen los dientes está en las edades más tempranas de la población.