Los trastornos de ansiedad son uno de los motivos más comunes por los que las personas acuden a pedir atención psicológica. No es para menos; las personas que conviven con ellos saben bien hasta qué punto pueden interferir en el curso de la vida diaria.
Existen multitud de trastornos de ansiedad con características diferentes, y cada uno de ellos presenta sus propios retos en el día a día. Uno de los más comunes es el de ansiedad generalizada, en el que más que intensos ataques puntuales de pánico existe una tensión o preocupación que persiste y que lo tiñe todo.
«Al final, deriva en tristeza»
«Es muy difícil. No puedo vivir con incertidumbre, porque estoy pensando en el futuro todo el rato; no puedes planear nada, organizarte o estudiar por la preocupación constante«, ilustra Gabriela (nombre ficticio), una joven que padece este trastorno.
«Vivo con taquicardia diaria, y aunque la medicación ayuda, como al día siguiente tenga algo que se sale de mi zona de confort, soy incapaz de dormir», añade. «Muchas veces, no eres capaz de pensar. Tu cabeza se queda en blanco, como sin poder hacer cosas», indica.
«En el día a día te paraliza mucho. Puedes estar tres horas frente al ordenador pensando en que tienes que hacer algo,