Es un objetivo habitual para muchas personas tratar de llevar una vida más saludable. Una vez que se toma esta decisión, es el momento de analizarse uno mismo (ya sea solo o con la ayuda de profesionales) y repasar todos aquellos elementos de nuestra vida que no nos hacen bien y cambiarlos por otros que nos sean más favorables. Cambiar nuestros hábitos es frecuente, no lo es tanto priorizar nuestra salud mental.
Según datos recogidos por Confederación Salud Mental España, una de cada cuatro personas tiene o tendrá algún problema de salud mental a lo largo de su vida, por lo que comenzar a tenerlo más presente no parece una mala idea. No siempre somos conscientes de que las cosas que hacemos están causadas por otros elementos, a menudo para sentirnos seguros frente a otros o porque con esa manera de proceder podemos sentirnos a salvo, en el sentido de que realizar las cosas de una determinada manera nos aporta calma.
Es precisamente sobre esto sobre lo que el neuropsicólogo Álvaro Bilbao ha querido poner el foco de atención, porque darle demasiada importancia a las cosas (en el sentido de objetos y no de vicisitudes de la vida) puede ser un síntoma de salud mental frágil. Uno de tantos detalles que pueden convertirse en una advertencia para nosotros,