Incremento en las listas de espera en la sanidad, trabas para percibir la Renta Garantizada de Ciudadanía, colas para tramitar ayudas a la dependencia, congelación de tarifas en el Tercer Sector… Las políticas sociales debían ser el “motor de la república”, según publicitó Quim Torra en su investidura presidencial en mayo pasado. Sin embargo, se han convertido en la gran asignatura pendiente del Ejecutivo catalán. Se agita la importancia de esas inversiones como un reclamo para ampliar la base social del independentismo, pero al tiempo se desatienden esas políticas, según los potenciales beneficiarios y las entidades que los agrupan. El Gobierno catalán nada con más comodidad en las aguas de la simbología, con sus banderas, lazos e imprecisas hojas de ruta.
El Ejecutivo de Torra no se cansa de repetir que los presupuestos actuales –en realidad son los de 2017 prorrogados, ahora por falta de mayoría parlamentaria– son los más sociales, puesto que suponen una inversión en ese terreno superior al 70%. El caso es que ni Junts per Catalunya ni Esquerra Republicana –las dos patas sobre las que descansa el Consell Executiu– han logrado encontrar la complicidad de potenciales aliados políticos como Catalunya en Comú, Partit dels Socialistes o sus viejos socios de la Candidatura d’Unitat Popular (CUP). Con los Comunes de Ada Colau es con quien más cerca ha estado de cerrar un acuerdo. Pero la negociación se fue al traste con el portazo del independentismo a los Presupuestos Generales del Estado de Pedro Sánchez y, en clave catalana, por las reiteradas negativas del Ejecutivo de Torra a subir el tramo autonómico del IRPF hasta un 25,5% para los ingresos superiores a 120.000 euros –como sucede en Andalucía, Asturias o Cantabria– , y por su determinación de no tocar el impuesto de sucesiones.
El Gobierno catalán confía en regresar a los mercados financieros internacionales, una voluntad recurrente del independentismo, cuando el rating de la deuda pública catalana merece todavía la consideración de bono basura. Desde 2011, cuando se inicio la etapa de austeridad bajo los gobiernos de Artur Mas,