Cuando se habla de ejercicio como la fórmula de bienestar general no debe entenderse solamente por el trabajo ejercido sobre las calorías, comúnmente conocido como quema de grasa, sino que, tal y como ha constatado la ciencia en las últimas décadas, la salud a largo plazo sale beneficiada. El motivo puede encontrarse en unas moléculas generadas por la actividad muscular, las mioquinas. ¿Cómo consiguen este efecto?
La clave está en mantenerse activo porque cada contracción muscular es un paso hacia un metabolismo más sano. Y si a esto añadimos que esa misma acción nos ayuda a regular nuestro peso corporal y evita la inflamación del organismo, el éxito hacia el bienestar general estaría garantizado siempre y cuando acompañemos el ejercicio de una dieta saludable.
¿Qué tipo de moléculas son?
Las mioquinas son proteínas liberadas por los músculos esqueléticos al contraerse. Esto se produce de forma consciente, como resultado de la actividad física o de nuestros movimientos corporales cotidianos, o bien como respuesta al frío. Estas moléculas viajan por el torrente sanguíneo y su actividad tiene impacto en diversos órganos, tales como el hígado, el cerebro y el tejido adiposo.
En cuanto a su acción para ayudarnos a perder peso, en el caso de la irisina,