El consumo de alcohol es una costumbre muy prevalente en las sociedades occidentales como la española, en las que podría practicarlo más de la mitad de los adultos. Todo ello, a pesar de que disponemos de un vasto volumen de evidencias sobre sus efectos negativos para la salud y de que incrementa en gran medida el riesgo de padecer muchas patologías importantes, incluyendo el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista científica de alto impacto JAMA Network Open ha encontrado que el consumo frecuente de alcohol más allá de los 60 años de edad se asocia a un riesgo incrementado de muerte prematura, particularmente por las dos causas ya mencionadas.
Un riesgo un 33% mayor
El trabajo, firmado por autores españoles, se basa en el análisis de los datos de más de 135.000 personas de al menos 60 años de edad y residentes en el Reino Unido, recogidos en la base UK Biobank. La edad media de estas personas al comienzo del estudio era, más concretamente, de 64 años, y entre la información analizada se incluyeron registros de salud y cuestionarios sobre hábitos del estilo de vida.
Específicamente, los investigadores compararon la salud a lo largo de doce años de aquellos que eran bebedores ocasionales con los de las personas que bebían al menos una cierta cantidad de alcohol de manera diaria.