Una reciente sucesión de tres noticias ha ilustrado el buen momento que vive la ciencia del trasplante de órganos: primero, en octubre, el trasplante de un riñón de cerdo a una persona en estado de muerte cerebral; después, este mismo mes, el trasplante aparentemente exitoso de un corazón de cerdo a un hombre en un contexto clínico; y, ahora, el trasplante de dos riñones de cerdo a otra persona en estado de muerte cerebral.

Estos hitos parecen venir a demostrar que el xenotrasplante, o la técnica de trasplantar órganos de otras especies animales a seres humanos, por fin es una realidad, tras años de investigación. No obstante, es preciso poner estos logros en contexto.

«Una verdadera revolución y un hito»

Tal y como explica a 20Minutos Beatriz Domínguez-Gil, directora de la ONT (Organización Nacional de Trasplantes), estos hechos pueden ser considerados «una verdadera revolución y un hito en el progreso médico, especialmente de los trasplantes, y evidentemente nos acercan a la realidad clínica del xenotrasplante en humanos tras décadas de investigación en este ámbito».

Sin embargo, Domínguez-Gil advierte que debemos aún ser cautos en nuestras conclusiones al respecto. «De los tres casos recientes, sólo uno se ha publicado en la literatura científica (el último de ellos).

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