Remdesivir —el antiviral diseñado en los laboratorios Gilead (EE UU) para afrontar el ébola en 2013 y que se probó virus anteriores que no terminaron en pandemia— ha demostrado cierta efectividad en el tratamiento de casos graves de coronavirus Covid-19 en EE UU.

Todavía en fase de ensayo, este medicamento se perfila como el más avezado en la carrera hacia el primer tratamiento en ser aprobado para los casos moderados y graves del SARS Cov 2, el coronavirus. Por ello, día a día, se acrecienta el interés en saber de dónde surge y cómo actúa.

Es el fármaco que se perfila en este momento como uno de los más prometedores para combatir casos moderados y graves de Covid-19. Creado inicialmente para el ébola, en 2013 no dio los frutos deseados, pero sí empezó a ser reconvertido como tratamiento para otros virus SARS anteriores, virus de origen animal que, por fortuna, no derivaron en pandemias.

Gilead Science es una biofarmacéutica estadounidense ubicada en San Francisco (California). Los ensayos prometedores de su producto remdesivir han hecho que se dispare su valor en Bolsa. En Gilead piden prudencia a la espera de que estén disponibles más datos de los nuevos estudios en curso, previsiblemente a finales de abril o ya en el mes de mayo. Y recuerdan que, por este motivo, el fármaco no ha sido aprobado todavía para su uso médico en ningún país del mundo.

Es un antiviral que funciona evitando que el virus SARS-CoV-2 haga copias de sí mismo. Cuando un virus infecta una célula y comienza a hacer copias de sí mismo, remdesivir se inserta en el genoma para frenar la réplica. Dicen las primeras investigaciones que ataca al virus, pero no a otras células.

La publicación en la revista científica The New England Journal of Medicine de los resultados de un uso compasivo remdesivir a pacientes hospitalizados con Covid-19 con baja saturación de oxígeno. Los pacientes recibieron un ciclo de remdesivir de 10 días. De los 53 pacientes cuyos datos fueron analizados, 22 estaban en los Estados Unidos, 22 en Europa o Canadá y 9 en Japón. Durante una mediana de seguimiento de 18 días, 36 pacientes (el 68%) tuvieron una mejora en la clase de soporte de oxígeno, incluidos 17 de 30 pacientes (57%) que recibieron ventilación mecánica que fueron extubados.

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